No solamente votamos cada 4 años. Comprar es votar, allí donde ponemos nuestro dinero es donde estamos contribuyendo a que aquello y todo lo que conlleva continúe. Por lo tanto, es de vital importancia ser conscientes del impacto entre escoger un alimento que proviene de agricultores de proximidad u otro que proviene de otros países.

Desde el punto de vista ecológico, la exportación de productos a otros países genera una gran gasto de energía debido al transporte, principalmente por la cantidad de petróleo y otros combustibles fósiles necesarios para transportar los alimentos. También, se debe tener en cuenta el gasto energético que conllevan los invernaderos y las cámaras frigoríficas (gran producción de gas y electricidad). Además de la gran cantidad de plásticos y envoltorios que se necesitan para transportar entre grandes distancias los alimentos para que no se estropeen. El despilfarro de alimentos que genera la globalización es ¡enorme!.

La globalización conlleva un alargamiento de la cadena alimentaria, y en el caso de los productos procesados una transformación del alimento, que hace que el producto pase por más manos y procesos. Por lo tanto, los puntos críticos en cuanto a la contaminación y seguridad alimentaria aumentan y esto provoca que este tipo de productos tengan que pasar estrictos controles de seguridad.

En cuanto al valor organoléptico y nutricional, contendrá más nutrientes y sabor del alimento que se ha producido durante la temporada que le pertenece, con las condiciones climáticas óptimas, y es consumido fresco sin necesidad de ser procesado ni transportado con cámaras refrigeradoras durante días. 
La producción intensiva provoca que muchos productores estén sometidos a grandes presiones por parte de las grandes cadenas, que les obligan a producir mucho y a bajo precio. Cómo consecuencia, las técnicas utilizadas en el cultivo serán menos naturales y se utilizarán más sustancias químicas como pesticidas para asegurar la cosecha y cultivar más cantidad de alimento. La producción de monocultivos rebaja la biodiversidad en los ecosistemas, afectando a las especies tanto animales como vegetales, también lo provoca a la introducción de fauna foránea o las modificaciones genéticas o fertilizantes. Además la contaminación que generan los residuos sobre las aguas es muy elevado, sobre todo los residuos de la ganadería.
El consumo de productos de proximidad garantiza que estos cumplen con las normativas vigentes, tanto en su producción como en su distribución y venta. Los agricultores locales suelen realizar un control biológico de plagas para que los productos no tengan residuo, esto no lo podemos asegurar en un producto que proviene de fuera.
En cuanto a la salud de los consumidores también remarcar la importancia que juega la publicidad de las grandes empresas que forman la industria alimentaria, que un pequeño productor local nunca se podrá permitir.El tipo de publicidad que se hace precisamente no es de una fruta o una verdura, sino de productos ultraprocesados mayoritariamente producidos a partir de materia de mala calidad, y azúcares añadidos que jugarán un papel clave en el desarrollo de distintas enfermedades como la obesidad, diabetis, hipertensión arterial…
Por todo esto, remarcó la importancia de mirar más allá a la hora de elegir un producto u otro, ya que tiene repercusiones sobre la economía, la ecología, la cultura y la salud.